Diferencias entre los conejos y las liebres


Ambas especies forman parte al orden lagomorpha y la distinción principal está en el tamaño del cuerpo y las orejas de los animales.
Entendemos lo difícil que resulta distinguir de manera correcta a estas dos especies de mamíferos. Los aspectos físicos de conejos y liebres son tan semejantes que este error pasa frecuentemente inadvertido. Algo muy habitual sabiendo que forman parte a exactamente la misma familia, la de los Leporidae. Van a ser sus grandes orejas, su cuerpo peludo o bien esa nariz redondita que les caracteriza. Por otro lado, son muchas más las diferencias que conejos y liebres tienen entre sí.
Los conejos son más pequeños y tienen orejas cortas, en tanto que las liebres tienen orejas que pueden llegar a medir más que sus propia cabeza. Además tienen patas traseras enormes y más gran resistencia, lo que las hacen más ágiles.
Se aprecia otra diferencia al momento en que todavía son bebés: mientras que los conejos nacen desnudos y ciegos, las liebres nacen con mucho pelo y con los ojos bien abiertos.
Tamaño


El rasgo más inconfundible de todos es el tamaño. Las liebres son bastante más grandes que los conejos y tienen una fisonomía marcada y esbelta. Destacan sobre todo las orejas y las extremidades, más largas y fuertes en las liebres.
Hábitat
Los conejos cavan hoyos en la superficie y viven en madrigueras, mientras que las liebres lo hacen en nidos que ellas mismas construyen en el suelo. Por esta razón, es más habitual que el hombre divise una liebre en plena naturaleza, pues su entorno no se encuentra bajo tierra.
Supervivencia
Ante la amenaza de cualquier depredador hambriento, estas dos especies también tienen hábitos muy dispares. Los conejos optan por esconderse en la madriguera hasta que el peligro haya pasado. Sin embargo, las liebres se muestran mucho más confiadas y utilizan su velocidad para intentar escapar.
Reproducción
En el caso de las liebres, el ritual de apareamiento es de lo más complejo. El macho persigue a la hembra durante varios kilómetros, de esta forma se determina si el aspirante es un buen candidato para ser padre. Si la ceremonia no resulta exitosa, la hembra golpeará a su pretendiente con las extremidades posteriores.
Recién nacidos


Si tienes la oportunidad de presenciar el nacimiento de una de estas criaturas, podrás comprobar a la perfección sus muchas diferencias. Las crías de liebre nacen mucho más desarrolladas, incluso son capaces de dar sus primeros pasos con tan solo unos minutos de vida. Todo lo contrario a los gazapos, que llegan al mundo sin ningún pelaje y con los ojos cerrados, totalmente desvalidos.
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